miércoles, 24 de junio de 2009

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El enigma impuesto y la reflexión obligada.

Una foto es una huella. Pero, ¿una huella de qué?

¿De lo que se quiso fotografiar o de lo que se fotografió sin premeditación, sin voluntad ni deseo? ¿Del objeto en si o de un simple fenómeno? ¿De lo fotografiable o de lo infotografiable?

Pero, ¿Por qué no también una huella del sujeto del que fotografía o del acto fotográfico, de la acción fotográfica o de lo metafotográfico? ¿Una huella del punto de vista o del encuadre? ¿una huella de la obtención del negativo o de su trabajo?

Y ¿porque no una huella del material fotográfico particular o de las condiciones técnicas y epistémicas en general que posibilitaron esa foto particular?

O ¿Por qué no una huella de pasado? Pero, ¿de qué pasado? ¿El del objeto por fotografiar o el de la foto? ¿El del sujeto que fotografía, el del sujeto fotografiado o del sujeto que mira la foto? ¿Pasado del tiempo o del espacio?

¿Pasado de la vida o de la muerte?

¿Una huella de todo eso a la vez? Acaso. Pero ¿cómo?

La fotografía suscita problemas.

“Estética de la fotografía”. François Soulages.


3 comentarios:

Borta dijo...

Muy Bueno

el guille dijo...

alto libro!!!
creo q un libro sin fin.
no deberia faltar en ningun lugar que se respire fotografia.
muy bueno solcito.

besos

Soledad dijo...

Si un libro sin fin bien lo dijiste.
besos.